Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Macabeos 12, 1-16

1 Una vez terminados estos tratados, Lisias se volvió junto al rey,
mientras los judíos se entregaban a las labores del campo.

2 Pero algunos de los estrategas en plaza, Timoteo y Apolonio, hijo
de Genneo, y también Jerónimo y Demofón, además de Nicanor, el
Chipriarca, no les dejaban vivir en paz ni disfrutar de sosiego.

3 Los habitantes de Joppe, por su parte, perpetraron la enorme
impiedad que sigue: invitaron a los judíos que vivían con ellos, a subir con
mujeres y niños a las embarcaciones que habían preparado, como si no
guardaran contra ellos ninguna enemistad.

4 Conforme a la común decisión de la ciudad, aceptaron los judíos,
por mostrar sus deseos de vivir en paz y que no tenían el menor
recelo;
pero, cuando se hallaban en alta mar, los echaron al fondo, en número no
inferior a doscientos.

5 Cuando Judas se enteró de la crueldad cometida con sus
compatriotas, se lo anunció a sus hombres;

6 y después de invocar a Dios, el justo juez, se puso en camino contra
los asesinos de sus hermanos, incendió por la noche el puerto, quemó
las
embarcaciones y pasó a cuchillo a los que se habían refugiado allí.

7 Al encontrar cerrada la plaza, se retiró con la intención de volver de
nuevo y exterminar por completo a la población de Joppe.

8 Enterado de que también los de Yamnia querían actuar de la misma
forma con los judíos que allí habitaban,

9 atacó también de noche a los yamnitas e incendió el puerto y la
flota, de modo que el resplandor de las llamas se veía hasta en Jerusalén y
eso que había 240 estadios de distancia.

10 Marchando contra Timoteo, se alejaron de allí nueve estadios,
cuando le atacaron no menos de 5.000 árabes y quinientos jinetes.

11 En la recia batalla trabada, las tropas de Judas lograron la victoria,
gracias al auxilio recibido de Dios; los nómadas, vencidos, pidieron a Judas
que les diera la mano, prometiendo entregarle ganado y serle útiles
en
adelante.

12 Judas, dándose cuenta de que verdaderamente en muchos casos
podían ser de utilidad, consintió en hacer las paces con ellos; estrechada la
mano se retiraron a las tiendas.

13 Judas atacó también a cierta ciudad fortificada con terraplenes,
rodeada de murallas, y habitada por una población mixta de varias naciones,
por nombre Caspín.

14 Los sitiados, confiados en la solidez de las murallas y en la
provisión de víveres, trataban groseramente con insultos a los hombres de
Judas, profiriendo además blasfemias y palabras sacrílegas.


15 Los hombres de Judas, después de invocar al gran Señor del
mundo, que sin arietes ni máquinas de guerra había derruido a Jericó
en
tiempo de Josué, atacaron ferozmente la muralla.

16 Una vez dueños de la ciudad por la voluntad de Dios, hicieron una
indescriptible carnicería hasta el punto de que el lago vecino, con
su
anchura de dos estadios, parecía lleno con la sangre que le había llegado.